Muchos matarían por añadir la palabra éxito a su vida. Sin embargo, definir el éxito se ha convertido en algo ambivalente y subjetivo para cada persona. Durante siglos, filósofos, estudiosos y especialistas se han puesto la tarea de definir esta misteriosa palabra.
Aristóteles, filósofo griego de la antigua Grecia, en sus diálogos con Alejandro Magno, definió al éxito de la siguiente manera: “Vivir como hombre significa elegir un blanco, un objetivo, una meta… Es necesario apuntar hacia ese objetivo con toda tu conducta, pues no ordenar tu vida a un fin es señal de gran necedad… Alejandro, recuerda:”Eres lo que haces día a día. De modo que la excelencia, el éxito, no es un acto, sino un hábito”.
Al respecto, Alfredo Garay, coach, conferencista y experto en temas laborales y de gestión, asegura que el éxito se podría definir en una sola palabra: congruencia. “Nuestra fuente de poder más poderosa es la congruencia, esto significa que mis acciones, pensamientos, emociones y sentimientos están alineados en un solo sentido. De esta forma y de manera automática, el éxito es inevitable”.
De acuerdo con el experto, la congruencia trae consigo confiabilidad, personalidad y prestigio. No importa lo que hagas, ni cómo, si eres congruente te irá muy bien, asegura.
¿Cómo ser congruente?
Existen dos tipos de personas, aquellas que se encuentran en un círculo de incomodidad y aquellas que buscan adecuar y evolucionar su círculo de manera recurrente. “¿Cuántas veces no nos hemos dicho a nosotros mismos: No me gusta mi trabajo pero pagan bien o es lo mejor que puedo obtener ahora. Estas frases sólo delimitan tus alcances profesionales y personales. Cuando alguien es feliz en lo que hace, es porque conoce sus fortalezas y es feliz”, indica Garay.
En su libro “Ahora, descubra sus fortalezas”, de Marcus Buckingham y Donald O. Clifton, los autores describen de manera eficiente y productiva cómo gestionarnos para encontrar las competencias personales y laborales. De acuerdo con los autores, las fortalezas personales se encuentran a partir de la relación que existe entre el desempeño y el rendimiento de cada persona, asociadas al comportamiento, eficiencia y eficacia en su ejecución. De esta forma, la combinación de talentos, conocimientos y destrezas nos da como resultado: fortalezas.
Esta bibliografía, recomendación de Garay, asegura que el ser humano cuenta con fortalezas y debilidades trabajando de manera conjunta. “Con anterioridad, se creía que al descubrir las fortalezas y debilidades de cada persona, se debería de comenzar a trabajar en las debilidades encontradas, Buckingham y Clifton aseguran lo contrario: el trabajar de manera constante en nuestras fortalezas, harán que, de manera periódica, las debilidades se vayan desvaneciendo”, asegura el especialista.
Pasos para descubrir tus fortalezas
Paso 1. Identifica tu pasión
Las pasiones son lo que nos hace sentirnos repletos y felices. Identifica aquella cosa que al realizarla te genere una enorme sonrisa en la cara, aquella actividad que te haga sentir única y especial. Identificar tu pasión es muy fácil: te gusta, no te fastidia y cuando terminas… quieres más.
Otro tip para encontrarla es saber en qué eres bueno, la mayoría de las veces esto es un indicio de que lo que haces puede ser tu pasión. Analiza tus actividades e identifica de qué estamos hablando.
Lo que te apasiona es la clave para sentirte realizado y plenamente feliz.
Paso 2. Analiza tus éxitos.
Para encontrar tu factor diferenciador es necesario que valores tus éxitos personales y qué es lo que te ha llevado a lograrlos. De esta forma podrás descubrir cuáles son tus fortalezas personales y profesionales que te hacen sentir exitoso y logrado. Esto te ayudará a encontrar tu felicidad.
Paso 3. Explota esa cualidad y enriquece tus fortalezas.
Recuerda que el descubrirlas es sólo el primer paso, ahora es momento de alimentarlas de manera constante y estructurarlas de la mejor forma para que sean cada día más fuertes. En este punto, la preparación, la constancia y el compromiso son esenciales para lograr enriquecer nuestras fortalezas.
Fuente | altonivel.com.mx
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