OSWALDO JOSÉ GIL SÍMBOLO
La vida hay que disfrutarla, saber disfrutar de todas las cosas buenas y malas que se nos presentan. Por ello, se debe mejorar los defectos, pues son ellos los que darán una mala imagen ante los demás, por ejemplo, en ocasiones una mala presentación basta para que nuestros clientes o proveedores desechen nuestra propuesta. Se puede ser grande, mediano, pequeño, otros, pero si te sientes satisfecho de sí mismo, la vida te recompensará con un sentimiento que te hará atrayente a las demás personas y ellas te reconocerán como una persona para confiar.
La humanidad aprecia y paga más por un gesto trivial de cariño que por una mejor calidad de servicio, un ejemplo de esto es cuando se llega a un restaurante el mesero nos recibe como un amigo de infancia, ofrece la mejor mesa, recomienda los mejores platos, trata con inmenso cariño a los hijos, nuestro subconsciente reacciona relacionando a este individuo como un ser conocido y al momento de cancelar la factura te avergüenza dar una propina pequeña, si al retirarte del restaurante alguien estudiara lo ocurrido, diría que era una mesa común, el plato era el menú del día anterior y que el mesonero no le gustan los niños. La sociedad compra a los optimistas pues gustan de su compañía. Las personas quieren a un gerente con integridad, porque ellos consiguen lo que se proponen.
Ya sabemos cómo convencer al cliente y al proveedor ahora nos toca hacer dinero. Todo parece indicar que los millonarios viven como personas de clase media. Eso es lo que descubrieron Thomas J. Stanley y William D. Danko, quienes estudiaron, durante más de diez años, los hábitos de cerca de 500 estadounidenses que tienen en su cuenta bancaria personal al menos un millón de dólares. Por sorprendente que sea, las costumbres de la gente que ha logrado grandes riquezas se asemejan mucho a las de los ciudadanos comunes y corrientes. ¿Por qué? Al parecer, la gente que construye fortunas tiene un estilo de vida más bien conservador, opuesto a la gente que sólo sabe gastarlas.
Si quiere prosperidad, desarrolle hábitos de millonario:
Crear fondos de ahorro a largo plazo, busca la forma de vivir sin gastar todo el dinero que ingresa.
Los niños deben aprender a ser económicamente indispensables.
No tengas miedo, arriésgate, un emprendedor tiene más posibilidades de crear un patrimonio que un asalariado.
Pide a tus amigos, conocidos, familiares que evalúen tu negocio con la mayor de las sinceridades, para poder apreciar las opiniones desfavorables de tu negocio y así fortalecerlo.
No utilices el capital del negocio como capital personal, considera en tus gastos de operación un sueldo mensual fijo para ti, esto le dará salud a tus finanzas y más objetividad al administrar.
No desmayes para ser millonario, en algunos casos es de forma instantánea, pero en la mayoría alcanzar la prosperidad y estabilidad económica puede tardar varios años de esfuerzo, de prueba y error.
Compra seguros que te respalden. Los gastos catastróficos son los principales depredadores del bienestar económico.
Crea un fondo de imprevistos y para gastos programados.
No entres en las resacas de hiperconsumo por estados de ánimo, aprende a identificar tus necesidades.
Desecha la idea: "como tengo poco dinero, entonces no hago nada de esto". Recuerda si no puedes administrar el dinero que tienes ahora, menos cuando lo tengas en abundancia. Para fortalecer tus finanzas sigue el consejo: Emprende, trabaja, ahorra, invierte una y otra vez.
El Universal
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