La vida es demasiado corta como para NO perseguir nuestros sueños. Algún día tu vida estará próxima a su fin y lo único que podrás hacer es mirar tus recuerdos. Podrás recordarlos con alegría o con pesar. Aquellos que sueñan, que se fijan metas y que actúan de acuerdo a ellas para hacerlas realidad, son aquellos que viven vidas placenteras y que tienen una sensación de paz cuando se aproxima el final de sus días. Ellos están satisfechos con lo que han alcanzado para ellos y para su familia.

Jim Rohn

¿Cuál es el secreto de la felicidad?

domingo, 11 de noviembre de 2012

Un conjunto de experiencias y actitudes positivas ayuda a construir momentos de felicidad. Ese estado de plenitud no es un espacio físico con número y dirección, sino que implica afrontarlo con optimismo para lograr disfrutarlo al máximo.


Los problemas y conflictos por los que atravesamos todos los seres humanos hacen que inevitablemente nos sintamos tristes y decaídos. Muchos se preguntan si existe una fórmula o un camino directo a la felicidad.

La realidad es que nadie se libra de los tropiezos y es imposible hallarse en un estado de alegría permanente. Lo que sí podemos hacer es tratar de seguir ciertas pautas que nos lleven a conseguir la mayor cantidad de momentos de júbilo.

En la Universidad de Harvard está habilitado un curso denominado “Mayor felicidad”, el cual es tomado por el 20% de los graduados, probablemente considerando que el mismo está basado en las últimas investigaciones en el área psicológica.

Del contenido del interesante curso fueron publicados algunos consejos a tener en cuenta para vivir felices la mayor parte del tiempo.

Uno de ellos instaba a agradecer a la vida por todo lo bueno que nos brinda. Notar las maravillas que nos rodean y demostrar un poco de gratitud de vez en cuando. De esta manera mantendremos la mente ocupada en cosas que solamente nos alegren.

Expresar los sentimientos. Callar y guardar en silencio todo lo que nos afecta genera impotencia, desesperanza y una profunda tristeza en nuestro interior, a tal punto que si se vuelve una costumbre, a la larga podría dañar la salud y alterar el buen ánimo.

Saludar y sonreír. Al llegar al trabajo o al colegio, saludar al otro con una amable sonrisa, a pesar de que el día se presente pesado o sea un terrible y odiado lunes. Esto nos levantará un poco el espíritu y a la vez hará que los demás se sientan mejor.

Escuchar música. Oír a nuestro artista preferido o una romántica melodía produce en muchos un estado en el que sueñan despiertos y genera deseos de celebración y algarabía.

Ser práctico. Postergar hasta el último momento las obligaciones solo produce una sensación de ansiedad y tensión. Como afirman en el lenguaje popular: “Mientras más rápido liquides todo, más tranquilo vas a estar”. Liberarse de las tareas es como sacarse de encima la mochila que cargamos en la espalda.

Practicar deportes. Ir al gimnasio, caminar, jugar algún partido de vóley o fútbol con los amigos permite expulsar la tensión y despojarnos de todas las situaciones estresantes que nos tocó aguantar durante la jornada.

Ponete “churro o churra”. La imagen juega un papel muy importante en el bienestar de la persona; cuando uno se arregla eleva su autoestima, ya que se siente presentable y elegante ante la mirada de los demás. Cuando uno piensa que se ve bien se siente mejor.

Nunca olvides desayunar. Muchos pasan por alto este importante alimento del día por pereza o mala costumbre. Sin embargo, un buen desayuno ayuda a empezar el día con energía y optimismo.

El encargado de dictar este atractivo curso, Tal Ben Shahar, sostuvo que la vida es como una empresa con ganancias y costos. Los costos son nuestras emociones y pensamientos negativos, mientras que las ganancias, las emociones y pensamientos positivos.

Si tenemos en balance más emociones positivas que negativas, la empresa de nuestra vida está logrando utilidades. Una persona con una depresión prolongada sería como una empresa quebrada. Y tu empresa, ¿cómo está?

Vía | abc.com.py

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