La vida es demasiado corta como para NO perseguir nuestros sueños. Algún día tu vida estará próxima a su fin y lo único que podrás hacer es mirar tus recuerdos. Podrás recordarlos con alegría o con pesar. Aquellos que sueñan, que se fijan metas y que actúan de acuerdo a ellas para hacerlas realidad, son aquellos que viven vidas placenteras y que tienen una sensación de paz cuando se aproxima el final de sus días. Ellos están satisfechos con lo que han alcanzado para ellos y para su familia.

Jim Rohn

Un ejemplo de vida y perseverancia sobre dos ruedas

miércoles, 30 de enero de 2013

Con 78 años de edad, Santiago Alvarado no le afloja a la bicicleta, y el fin de semana vivió un domingo de gloria, cuando el jubilado petrolero se impuso en la promocional Máster ‘E’.


“Me inicié en el ciclismo en Sarmiento, con buenos corredores del ejército que se daban cita para competir. La primera temporada salí tercero con 24 años y me entusiasmé”, apunta Alvarado.

Un año más tarde, Santiago consiguió trabajo en una empresa petrolera con horario nocturno, pero la rudeza del empleo sumado al entrenamiento tuvo sus consecuencias en la salud del corredor.

“El doctor me dijo que deje la bicicleta – apunta entre lagrimas – y fue muy duro para mí, porque las ganas seguían intactas. Ahí fue que colgué la ‘bici’ por veinte años. Ya casado, lo importante era dedicarme a mi familia, a crecer a mis hijos, pero yo sabía que apenas me jubilara iba a retornar al deporte”.

La espera se anticipó dos años, y con cincuenta años retomó su pasión por las dos ruedas: “Yo era muy loco en ese tiempo, y como no tenía tiempo de entrenar para las competencias, me llevaba en la camioneta la bicicleta, para luego retornar pedaleando a mi casa desde cerro Dragón, gracias a Dios nunca tuve un accidente”, apunta.

En sus compañeros de trabajo, todos los días eran palabras de prudencia hacia Alvarado que desafiaba al viento y la intemperie en el regreso a su hogar. Los inconvenientes para el ciclista llegaron con el retiro, y a meses de un torneo Argentino, dado que un herpes le dejó secuelas permanentes en su ojo izquierdo y los postergaron de los circuitos por cinco años.

Santiago no se achicó, otra vez se impuso la pasión sobre los inconvenientes y la chance de ir a instancias nacionales volvió a estar y consagrarse siete años campeón provincial, siempre corriendo como libre y sin más sponsoreo que su amor por la bicicleta.

El último percance lo tuvo en marzo del año pasado, cuando Alvarado se dirigía al velódromo local en bicicleta y fue atropellado por un auto que se dio a la fuga, el accidente le dejó una fractura de esternón, pero a esta altura Santiago ya estaba curtido de golpes.

“Me compré una buena bicicleta, la misma que tiene Armstrong (Lance Edward, ganador siete veces del Tour de France, que fue noticia por doparse), por supuesto que a eso hay que sumarle piernas, corazón y el cuidado de mi señora Lidia Flor con las comidas, todos colaboran en mi vida como deportista”.

En la actualidad, Santiago va en camioneta al velódromo de lunes a sábado dos horas para perfeccionar su velocidad, mientras todos los domingos recorre la ruta provincial 39 hasta barrio Diadema.

“Nunca dejo una carrera, no lo hice cuando era joven, mucho menos ahora” concluyó el flamante campeón en su casa de la calle Huergo.

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Vía | elpatagonico.net

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