La vida es demasiado corta como para NO perseguir nuestros sueños. Algún día tu vida estará próxima a su fin y lo único que podrás hacer es mirar tus recuerdos. Podrás recordarlos con alegría o con pesar. Aquellos que sueñan, que se fijan metas y que actúan de acuerdo a ellas para hacerlas realidad, son aquellos que viven vidas placenteras y que tienen una sensación de paz cuando se aproxima el final de sus días. Ellos están satisfechos con lo que han alcanzado para ellos y para su familia.

Jim Rohn

Carácter alegre y trabajo, los secretos de quienes sobrepasan los cien años

lunes, 28 de enero de 2013


En la provincia de Ourense nació hace 110 años Francisca Barracel Fernández, la gallega más longeva de Galicia y la cuarta de España, una mujer a la que su familia define como "una trabajadora realmente incansable, sonriente y muy feliz", tres características que, como ella, poseen Carmen, Flora, Anuncia y Rosa, otras cuatro centenarias gallegas.


José, el hijo de Francisca, es el encargado de cuidar en la actualidad a su madre, responsabilidad en la que le ayuda su mujer. No tiene hermanos y cuenta que su progenitora se encargaba de todas las tareas, hasta que la salud le acompañó.

Después de una primera etapa en un pueblo, el de A Torre, en Seoane, "trabajando las fincas y la ganadería", allá por el año 1954, Francisca y su marido se mudaron al municipio ourensano de Allariz donde abrieron un negocio, "una fonda y tienda de ultramarinos" en la que se hospedaban "los titiriteros y demás personajes que en aquel entonces solían recorrer las villas en busca de trabajo", detalla a Efe su vástago.

Entre otras labores, Francisca era la encargada de ir a lavar la ropa al río, dado que no había lavadoras, y de la matanza del cerdo, así como de vender distintos productos en las ferias de los pueblos.

También recorría, estando en A Torre, el trayecto a Allariz, de cinco kilómetros, para vender la leche que le entregaban los vecinos. "Ese viaje lo hizo todos los días durante años", explica José, que atribuye a su padre "otros trayectos" similares para llevar dinero a casa.

Tras la muerte de su esposo en 1992, Francisca vivió de forma independiente en su casa hasta los 94 años. Ahora reside en Ourense con su hijo.

Está encamada y sin poder hablar, después de pasar por una complicada operación de estómago. Desde hace dos años "tiene que llevar pañales, hay que vestirla, y no habla, aunque todavía es capaz de realizar todas las comidas", manifiesta sorprendido su hijo.

A pesar de estos achaques, solo toma "media pastilla para la tensión", un mal menor teniendo en cuenta la difícil situación que atravesó, matiza José, tras una enfermedad del corazón en la que los médicos llegaron a pensar que estaba "clínicamente muerta".

Clave de su éxito podría residir, arguye él, en el buen estado de salud que parece haber atravesado parte de su familia, de "los antepasados". Además de ella, su hijo recuerda que varios de sus tíos vivieron "hasta los 101 años", una tía hasta los 97, y otra hasta los 93. Otro tío suyo tiene en la actualidad 96 años, unos datos "prometedores" para que él mismo pueda disfrutar de una larga vida.

En Narón, ayuntamiento de A Coruña, se cuentan dos vecinas que pasan del siglo de vida. María del Carmen Sanjurjo Anca nació en Neda, uno de los municipios de la ría de Ferrol, en agosto de 1910, antes de la I Guerra Mundial. Hace una década que se mudó a Narón. Había cumplido los 90 años y su familia se la llevó a vivir a casa para darle mejores cuidados.

Parió seis hijos y en estos años ha visto cómo se multiplicaba y crecía su familia con nueras y yernos, cinco nietos y dos bisnietos que ha tenido la suerte de conocer y sentar en su regazo.

Su compañera en el club de los centenarios naroneses es todavía mayor y se llama Flora Ulfe Santalla. Nacida en Cerdido, en abril de 1908, se casó y tuvo un solo hijo, ya fallecido. Viuda y con poca familia, hace cuatro años que esta infatigable trabajadora reside en el Hogar de Ancianos de Piñeiros, mantiene la cabeza lúcida y acostumbra a canturrear. La música y el baile han sido dos de sus pasiones.

Sus compañeros del asilo destacan que goza de un excelente sentido del humor, con mucha retranca gallega, y se jacta de haber sido una excelente bailarina.

En la residencia San Telmo de Tui, al sur de la provincia de Pontevedra, conviven hasta cuatro internas centenarias, entre ellas Rosa Fernández Pousa, nacida en Tomiño hace 105 años, aficionada al ganchillo y al canto.

Una dieta variada y mucho caminar durante sus años mozos pueden contener el secreto de tan larga existencia.

Pese a que precisa cuidados de enfermería diarios, la Madre Superiora de la residencia San Telmo, sor María Jesús, "firmaría por llegar a su edad y así", según asegura a Efe.

En Lugo vive Anuncia Castedo Pillado, que en mayo cumplirá 103 años. Nació en el lugar de Francelos, en el municipio de Castroverde, pero desde que enviudó, hace algo más de dos décadas, reside en la céntrica calle Montero Ríos.

Anuncia no se libra de las limitaciones propias de su edad, pero su hija, Esther Díaz, cuenta que todavía conserva mucha autonomía y, salvo por algunos achaques provocados por el asma, mantiene un buen estado de salud. También algunas de sus aficiones, como leer el periódico todos los días del año.

En su casa, muestra el diploma que le entregaron por su participación voluntaria en el Registro Nacional de Centenarios de España (Renace), una iniciativa para conocer qué factores determinan que una persona pueda vivir más de cien años.

Los secretos que encierra su privilegiada genética quizás sean en el futuro la llave para que otras muchas personas puedan llegar a una edad tan avanzada, con una larga vida que, en su caso, le ha dado cinco hijos, fruto de un matrimonio que duró 62 años, doce nietos y catorce bisnietos.

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Vía | elconfidencial.com

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