Una cosa que suelo hacer habitualmente es preguntar a la gente su opinión sobre el dinero. A veces de una forma más directa, a veces dando rodeo, pero siempre desde la condición de que no saben que me dedico al mundo de las inversiones, y el dinero, y piensan que soy un semejante en cuanto al conocimiento del mismo.
El fruto de todas las respuestas durante estos años es un interesante estudio sociológico en que lo que buscaba es una relación con lo felices que pueden ser esas personas. Una relación directa entre el dinero y la felicidad, que la hay, y siempre.
Habitualmente la gente es en un 95% conformista con lo que tiene, esto significa que con los ingresos del trabajo se conforman y viven acordemente amoldados a dicha cifra mensual. Pero, ¿realmente es esa gente feliz con lo que tiene? Naturalmente la respuesta es que sí, que les gustaría ganar más pero que son felices con lo que tienen. Respetable, conformista y hasta cierto punto hipócrita.
Me explico. No conozco a nadie que no quiera más dinero, da igual el que se tenga, el afán de dinero que tiene el ser humano es ilimitado y la persona que diga que ya tiene suficiente, que se conforma con lo que gana/tiene, está mintiendo en un porcentaje bastante elevado de probabilidades.
El dinero, por desgracia, es el eje de nuestras vidas, y así será probablemente el resto de nuestras vidas. He conocido parejas estables que la falta de ingresos les ha separado. El amor es importante pero sin dinero se hace difícil.
LA PERCEPCIÓN DE LA FELICIDAD A TRAVÉS DEL DINERO
Se puede tener mucho dinero y ser infeliz, pero, ¿se puede no tener dinero y ser feliz? Depende de lo que se considere felicidad supongo, aquí la industria del cine ha hecho mucho daño, que al igual que nos muestran que el amor es perfecto y termina en una espectacular boda en un jardín nos dicen que el dinero no hace la felicidad o que uno se puede hacer rico desde la nada. Cuando a alguien sin dinero se le pregunta si es feliz la respuesta es afirmativa mayoritariamente porque a los humanos nos cuesta mucho dejar el ego a un lado y reconocer la verdad. Yo creo que el dinero en si no hace la felicidad pero que es una parte común de todas las cosas, es decir, si a cualquier cosa de la vida le quitas el dinero ya la dejas incompleta y el nivel de felicidad desciende por regla de tres.
Puedes tener la casa más bonita que sin dinero no la podrás decorar. Puedes tener el coche más potente que sin dinero no lo podrás usar. Puedes tener la motivación más grande para estudiar que sin dinero no vas a poder ir a la universidad. Puedes ser todo lo guapo/guapa que la naturaleza te haya concedido pero sin dinero no vas a lucir porque hay que comprar ropa que se amolde a tu cuerpo. Así un sinfín de cosas que demuestran que el dinero y la felicidad no pueden ir por separado. No en una sociedad como la que tenemos hoy en día.
EL PERCEPCIÓN DEL DINERO SEGÚN LA EDAD
Una parte del “estudio” se basa en saber que piensan las personas de diferentes edades respecto al dinero. El resultado es más que dispar y hasta cierto punto preocupante. Un adolescente de 16 años con 500 euros en el bolsillo prácticamente se cree rico, hasta cierto punto es normal ya que a esa edad todo le sale gratis y probablemente de trabajo solo conozca el que se hace con el “Word”. A los 21-22 años, en plena edad universitaria, la inmensa mayoría de los estudiantes han tenido o tienen trabajos temporales mal remunerados a 300 euros mensuales, lo justo para pasar el mes, sin caprichos. Dicha persona opina que con 5000 euros en el bolsillo sería muy feliz y que dejaría el trabajo (¿hasta cuando?). La situación actual (alto desempleo) baja las expectativas de la gente y hacen que se conformen con poco y menos, con lo que diríamos “para ir tirando”.
Dos de las personas preguntadas, de 30-35 años, afirmaban que con 10.000 euros vivirían más tranquilos y reconocían no haber tenido nunca más de 20.000. ¿En que cifra fijaban su felicidad estas personas? Con 50.000 euros afirman que su vida sería sin preocupaciones y que su felicidad sería completa. Por otro lado, reconocen que nunca tendrán esa cantidad de dinero, poniendo cara de circunstancia y soltando la palabra imposible al final de la frase.
En cualquier caso todas las personas creían que la felicidad, su felicidad, se encontraba con tener más dinero del que tenían. Mi opinión es que en caso de tener esa cifra la felicidad se trasladaría a un nivel superior, por la sencilla razón de que los humanos somos seres ambiciosos, y avariciosos, y si nos podemos comprar/permitir una cosa, automáticamente queremos una que sea de categoría superior.
Fuente | realzamesta
La otra parte consta de que todo el mundo quiere tener dinero pero nadie hace nada para conseguirlo. Aquí es donde entra el pesimismo de pensar que no somos capaces, que no tenemos ninguna capacidad especial para rentabilizar un proyecto, la pereza, el procastinar etc. El hecho de saber que hay que actuar y empezar un proyecto desde cero, esforzarse y crear algo propio no está de moda y el acomodamiento en el seno de un trabajo “estable” es el culpable.
La felicidad está en el dinero pero también en el camino. Hay que disfrutar de lo que se hace y con esto no me refiero a que hay que disfrutar en el trabajo, no. Me refiero a que hay que emprender algo, desarrollar la marca personal, crear algo útil, demostrar al mundo que sabes hacer algo realmente bien y disfrutar con eso. Claro que si, como he dicho antes, el dinero no llega, la experiencia ya no puede ser perfecta. Porque, por mucho que pese, el centro del universo no es la tierra como creía Aristóteles, sino el dinero.
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Vía | economiafulltime.com
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