La vida es demasiado corta como para NO perseguir nuestros sueños. Algún día tu vida estará próxima a su fin y lo único que podrás hacer es mirar tus recuerdos. Podrás recordarlos con alegría o con pesar. Aquellos que sueñan, que se fijan metas y que actúan de acuerdo a ellas para hacerlas realidad, son aquellos que viven vidas placenteras y que tienen una sensación de paz cuando se aproxima el final de sus días. Ellos están satisfechos con lo que han alcanzado para ellos y para su familia.

Jim Rohn

Cómo recuperar la motivación

viernes, 25 de enero de 2013

Suena el despertador, te duchas, desayunas, comienza tu jornada delante del ordenador. Después comes, haces la compra, cenas, te sientas un rato delante del televisor y luego vas a dormir. Así, un día tras otro y vuelta a empezar.




Esta escena te suena, ¿verdad? Todos la hemos vivido en algún momento de nuestra vida y en situaciones como estas, es cuando fácilmente podemos desmotivarnos o puede faltarnos la motivación. Sí: un papel muy importante lo juegan nuestro entorno y los factores externos.

Sin embargo, ¿quién es fundamental a la hora de motivarnos? ¡Nosotros mismos! Somos los responsables de nuestra actitud ante la vida y ante todo lo que nos pase. Y si queremos aprender de forma positiva y afrontar tanto la vida como el trabajo con entusiasmo, la automotivación es una buena herramienta. ¿Y cómo podemos hacerlo?

En uno de los cursos que he realizado, descubrí el libro ‘Cómo sobrevivir al cambio: inteligencia emocional en la empresa’. En él su autora, Mª Claudia Londono, en uno de los capítulos habla de estrategias para automotivarse:

Piensa en positivo: ser positivo y optimista, esperando lo mejor del futuro y del presente es un método para motivarse. Es importante crear para los momentos bajos una serie de hábitos y actitudes que faciliten convertir lo negativo en positivo.

Rodéate de gente motivada y motiva a los demás: el estado de ánimo y la actitud de los que nos rodean así como el entusiasmo y las ganas de hacer cosas son contagiosos. También es importante generar ilusión y crear un buen ambiente.

Ten fe en tus posibilidades: la desmotivación frecuentemente procede de la falta de fe en nuestras posibilidades. Una buena medida para contratacarlo es elevar la autoestima.

Visualiza los resultados finales: al realizar una tarea rutinaria o poco creativa debemos pensar en el resultado y cómo nos vamos a sentir tras hacerla. De ahí seguramente saldrán las fuerzas para llevarlo a cabo.

Sé agradable: la actitud se refleja por fuera, pero acaba interiorizándose. Y cuando somos agradables, generalmente la relación con otras personas es buena, lo cual ayudará en el proceso de automotivación.

Convierte lo desmotivante en motivante: transforma los problemas en oportunidades; busca los aspectos positivos sobre los negativos.

Haz una lista de éxitos propios: a lo largo de un período de tiempo o de toda nuestra vida.



Empatiza con las personas desmotivantes: si nuestra desmotivación es fruto de una persona en particular, una buena forma de enfrentarse a esa situación es empatizar con ella para comprenderla mejor.

Plantéate un cambio: piensa en cómo puedes mejorar y procura ver la vida por el lado positivo.

La derrota no es una opción: cuando consideramos que podemos sucumbir a una situación en nuestra vida personal o laboral, perdemos la mitad de la batalla. Si nos convencemos totalmente del triunfo, téoricamente, asegura el éxito.

La perseverancia todo lo alcanza (disciplina): la perseverancia es una forma de disciplina. Sin esta última no hay motivación.

En mi opinión, sobre todo, hay que perder el miedo y salir de nuestra zona de confort. Y tú, ¿cómo te automotivas?

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Vía | mariaisla.com

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